La NASA ha sido superada en su propio terreno por unos estudiantes que han procedido al lanzamiento en el desierto de un cohete cuyo motor ha sido enteramente impreso en 3D.
El pasado sábado, alumnos de la Universidad de San Diego (California), auspiciados por la organización sin ánimo de lucro "Estudiantes por la Exploración y el Desarrollo del Espacio (SEDS)", se convirtieron, según ellos mismos relatan, en los primeros en alcanzar un hito de esta naturaleza. El proyecto comenzó a gestarse en 2014, aunque no fue hasta mediados de 2015 cuando hicieron las primeras pruebas con tres prototipos de motores, de los cuales uno tuvo éxito y fue el que han seguido desarrollando hasta completar el cohete.
El cohete en cuestión, bautizado con el nombre de Vulcano-1, medía más de cinco metros de longitud y 0,20 de diámetro, y pesaba 340 kilogramos. En la prueba realizada en el desierto de Mojave en California, el chete realizó un trayecto de 1200 metros.
Ha sido impulsado por una mezcla de líquido criogénico de oxígeno líquido y de queroseno refinado.
Por su parte, la NASA está trabajando desde hace tiempo en la creación de prototipos de motores y de reactores de cohetes impresos de forma tridimensional.
El invierno pasado, una empresa privada ya incorporó elementos impresos en 3D en sus cohetes de pruebas y continúa con sus investigaciones sobre integración de componentes por fabricación aditiva en sus dispositivos.
En el año 2014, el Falcon 9, de Space X, que incluye una válvula creada mediante impresión 3D, fue lanzado para realizar un ensayo, pero hasta ahora no se había lanzado un cohete con su motor íntegramente impreso en 3D.