Investigadores
de la Nottingham Trent University (Reino Unido) dirigidos por Richard
Arm han creado en colaboración con el Ministerio de Defensa británico y
mediante impresión 3D una réplica del cuerpo humano con fines de ensayos
médicos de un realismo tal que las imágenes de las pruebas sanitarias
pueden hasta herir la sensibilidad de los lectores y espectadores más
aprensivos.
Los científicos se valieron de la tomografía computarizada para crear con impresoras 3D organos que prácticamente parecen auténticos.
Utilizaron diferentes grados de silicona para dotar de textura a los órganos internos.
Los pulmones se inflan y desinflan como en la vida real por lo que se da la impresión de que el "paciente" está respirando.
La sangre, artificial, también se puede bombear fuera de los vasos sanguíneos para imitar la pérdida de flujo que se produce durante las intervenciones quirúrgicas.
La piel, hecha de silicona, se puede cortar y reparar una y otra vez.
Además, la cara se basa en el rostro de una persona real para darle mayor verosimilitud.
Según los investigadores de la Universidad de Nottingham, el objetivo de este proyecto es que los cirujanos se preparen física y psicológicamente para la vida real utilizando reproducciones lo más fidedignas posibles de la anatomía humana y "metiéndose" dentro de la misma.
Por su parte, el coronel Peter Mahoney, especialista en anestesia de los Servicios Médicos del Ministerio de Defensa de Gran Bretaña ha declarado que esta réplica hiperrealista podrían transformar la forma en que los cirujanos militares se preparan para afrontar los traumas en los campos de batalla.
Se espera que el Ministerio de Defensa reciba dos de estos "pacientes" recreados por impresión tridimensional en 2017 para comenzar a entrenar a su personal en ellos.
El profesor Tilak Dias, un supervisor del proyecto en la Universidad de Nottingham Trent, dijo: "Al mejorar la experiencia de aprendizaje de los cirujanos, podemos asegurar que estarán mejor preparados para situaciones de la vida real, donde sus habilidades y conocimientos sean invocados para salvar la vida de las personas."
Los científicos se valieron de la tomografía computarizada para crear con impresoras 3D organos que prácticamente parecen auténticos.
Utilizaron diferentes grados de silicona para dotar de textura a los órganos internos.
Los pulmones se inflan y desinflan como en la vida real por lo que se da la impresión de que el "paciente" está respirando.
La sangre, artificial, también se puede bombear fuera de los vasos sanguíneos para imitar la pérdida de flujo que se produce durante las intervenciones quirúrgicas.
La piel, hecha de silicona, se puede cortar y reparar una y otra vez.
Además, la cara se basa en el rostro de una persona real para darle mayor verosimilitud.
Según los investigadores de la Universidad de Nottingham, el objetivo de este proyecto es que los cirujanos se preparen física y psicológicamente para la vida real utilizando reproducciones lo más fidedignas posibles de la anatomía humana y "metiéndose" dentro de la misma.
Por su parte, el coronel Peter Mahoney, especialista en anestesia de los Servicios Médicos del Ministerio de Defensa de Gran Bretaña ha declarado que esta réplica hiperrealista podrían transformar la forma en que los cirujanos militares se preparan para afrontar los traumas en los campos de batalla.
Se espera que el Ministerio de Defensa reciba dos de estos "pacientes" recreados por impresión tridimensional en 2017 para comenzar a entrenar a su personal en ellos.
El profesor Tilak Dias, un supervisor del proyecto en la Universidad de Nottingham Trent, dijo: "Al mejorar la experiencia de aprendizaje de los cirujanos, podemos asegurar que estarán mejor preparados para situaciones de la vida real, donde sus habilidades y conocimientos sean invocados para salvar la vida de las personas."
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